Poema: Como dinero. Por María Concepción Pomar Rosselló

Otro poema que escribí para Dan, del que ya hice una versión audiovisual. Se titula "Como dinero".

COMO DINERO

“I see a billion dollars in your eyes,
Even if we’re strangers till we die…”
- Galantis



Amor mío, tú eres como dinero,
centelleos de oro vivo en tu mirar umbrío y fiero,
en tus cabellos de reflejos áureos, en tu semblante sincero,
en tu andar desenfadado de paso certero.

Como dinero,
con tu sonrisa que conquista sin esfuerzo, zalamero,
con tus juegos de lobo remolón y tu talante de acero,
como dinero, dan ganas de robarte entero.

Y relumbras tanto que todos te querrían agarrar,
Bien en ocios o en negocios, para ellos qué más da;
a ese brillo que desprendes todos lo querrían en sus vidas,
te comprarían cual billete ganador en una lotería.

Ah, pero que no se engañen… tú no eres como el fácil dinero,
sino como aquel que se trabaja duro y que se vence con esmero.
Diamante que descansa oculto en lo más profundo de las rocas,
con patitas felinas atrapas la mano que para alcanzarte te toca.

Ah, pero que no se mientan… tú no vienes de regalo.
No eres papel de deuda pintado, sino oro puro y declarado,
calor dorado del sol que ha anidado en las entrañas de la tierra,
eres reto y encantamiento que tu corazón de arcón encierra.

Y yo aquí lucho por ganarte, busco encontrarte,
como una aventurera en una gesta de las de antes,
que implican resolver acertijos y vencer a los enemigos,
y también el riesgo de no salir con vida de los escondrijos
en los que me meto en la fortaleza de tus designios
tan solo con mi magia; y a veces, ya sin pociones,
me quedo a las puertas con tan solo mis oraciones,
pudiendo nada más que soñar con el corazón que escondes.

Ah, todos te quieren, todos te quieren, mi tesoro…
Y yo me convierto en el dragón que custodia de todo peligro
cada uno de tus cabellos de oscuros reflejos de oro…

Amor mío, tú eres como riqueza,
la que se gana con arrojo, con heridas y con destreza,
pureza celada, enigma arcano al que enfrentarse con entereza
sin pararte a pensar en si eres capaz de tal proeza.
Como riqueza,
la que se vence en justa batalla contra la sediciosa pereza,
derrotándola con virtud ejecutada con sangrante crudeza
y el sacrificio de la carne al altar de la alta nobleza.

Y mi alma te anhela tanto que ya no puedo ni respirar,
enzarzada en sueños contigo imposibles de alcanzar
si no puedo acariciar la luz que tu piel brillante sepulta,
envuelta en esa celosa oscuridad ancestral que la oculta.

Y mis ojos te buscan tanto que ya no puedo ni vivir,
oteando sobre los muros de oro que no sé cómo derruir
y que no me dejan sentir lo que pasa realmente en tu interior…
el oro real de tu valor de atávica penumbra y cristalino esplendor.

Ah, todos te codician, todos te codician, mi amor…
Y yo me convierto en alas que se agitan para arrancarte del suelo
hacia cielos nuevos de acrisolado e inmaterial fulgor…


Versión audiovisual:


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