Poema: El trabajador se ahoga entre banderas. Por María Concepción Pomar Rosselló


EL TRABAJADOR SE AHOGA ENTRE BANDERAS

El trabajador se ahoga entre la marea de banderas,
entre conservadoras Españas y revolucionarias señeras,
mirando con temor todo lo que pasa y acontece,
oleadas cruzadas de rabia que entre poderosos se cuece.

El trabajador quiere amar y convivir con sus hermanos.
Él solo quiere ganarse el alimento con el trabajo de sus manos.
Como una hoja al viento de lo que le dictan las corrientes,
su derecho queda ahogado entre el clamor airado de las gentes.

El trabajador solo quiere creer que tiene un futuro,
sea este próspero y feliz, sea este difícil y duro.
Cada día se levanta, se desangra por los suyos,
sano o enfermo, con dinero para un capricho o sin un duro.

El trabajador, el pobre trabajador solo quiere sentirse seguro.

El trabajador se ahoga entre las incansables tretas y artimañas
de los que le dictan qué hacer y luego hacen lo que les da la gana.
Él es el valioso peón del juego peleón al que juegan los poderosos,
el vino y el rico pan que consumen con afán hambrientos y avariciosos.

El trabajador trabaja si hace falta hasta bien entrada la noche,
y mientras espera el fruto de su esfuerzo se ahorra todo derroche,
sin reproche: él solo quiere ver a los suyos sanos y que prosperan
en este mundo en el que abunda el temor por no saber qué nos espera.

¿Será acaso este un sueño que nos tomamos a la ligera...?

Mientras contempla a unos y a otros enzarzarse en esta extraña lucha,
¡ah, pena! El trabajador pierde, teme, llora... y a su llanto no se le escucha.

María Concepción Pomar Rosselló




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